Berlín: al otro lado del muro

Berlín. Una ciudad que conoce los muros y lo que significa derribarlos.

Esta semana trajimos aquí el Tour Europeo de Protect Pouches, con nuestro jetpack de café, bollos de canela y un mensaje simple: no construyas nuevos muros entre las personas y las decisiones que salvan sus vidas.

Café, bollos de canela y conversaciones

En pleno corazón de Berlín, nuestra bicicleta de café se convirtió en un imán. La gente paraba a tomar un café, comía bollos de canela y, lo más importante, compartía sus historias. Fumadores que habían dejado de fumar. Amigos que ya no respiraban humo de segunda mano. Familias que ya no se preocupaban por el olor a cigarrillo.

Cada postal firmada era un mensaje a los legisladores: no confundan las bolsitas con los cigarrillos, no prohíban lo que funciona.

Bruselas quiere barreras. Los berlineses quieren salud.

Mientras los berlineses nos hablan de liberarse del tabaco, Bruselas está ocupada elaborando un Plan de Salud Cardiovascular que, increíblemente, podría clasificar las bolsas de tabaco como “factores de riesgo”. 

Eso es como prohibir los cinturones de seguridad porque nos recuerdan a los accidentes de coche.

La ciencia es clara:

• Las bolsas no contienen humo ni tabaco y son mucho menos dañinas que los cigarrillos.
  
• El modelo de Suecia lo demuestra: la tasa de tabaquismo más baja de Europa (5,6%), 44% menos de muertes por tabaco y las tasas de cáncer de pulmón más bajas de la UE.
  
• Y sí, tasas de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares más bajas que sus vecinos.
  

Si el resto de Europa siguiera el ejemplo de Suecia, se podrían salvar 3,5 millones de vidas en la próxima década.

Alemania en una encrucijada

Aquí en Alemania, las bolsas se encuentran en una zona gris legal:

• Su venta está prohibida, pero más de 1,4 millones de personas ya las utilizan.
  
• Esto significa importaciones sin control, sin estándares de calidad y oportunidades perdidas tanto para la salud de los consumidores como para la de los futuros no fumadores.
  

Alemania no necesita confusión ni prohibiciones. Necesita reglas claras:

• Estándares de calidad seguros.
  
• Ventas legales en comercios, no en el mercado negro.
  
• Se protegen los sabores y el acceso justo del consumidor.
  

Los berlineses nos dijeron lo mismo mientras tomábamos café y panecillos: quieren opciones, seguridad y una oportunidad real de dejar de fumar.

El único muro que importa

Estando en Berlín, uno no puede evitar recordar cómo es la división. La gente a un lado del muro, atrapada. La gente al otro, libre.

Europa se enfrenta ahora a una disyuntiva: mantener a los fumadores atrapados en hábitos poco saludables o derribar el muro y permitir que los adultos elijan alternativas significativamente más seguras.

Nuestro mensaje desde Berlín

De París a Berlín, el mensaje es el mismo:

• Dejemos que los adultos elijan una mejor manera de dejar de fumar.
• Abandonemos el hábito de manera realista y vivamos vidas más saludables.
• No prohíban ni graven impuestos excesivos a las bolsas como a los cigarrillos.
  

Berlín nos demostró que la gente entiende la reducción de daños. Ahora le toca a Bruselas.

Protege las bolsas. Protege la libertad. Protege nuestras vidas.

Próxima parada: El Parlamento Europeo, Bruselas.