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El Plan Corazones Seguros adopta un enfoque amplio sobre la política de nicotina que no tiene en cuenta las profundas diferencias de riesgo entre fumar y las alternativas libres de humo.
En el capítulo de prevención del plan, las bolsitas de nicotina se agrupan con los cigarrillos, el tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos, y se vinculan a futuras medidas fiscales en virtud de la Directiva revisada sobre la fiscalidad del tabaco. Este enfoque ignora la principal causa de enfermedades cardiovasculares relacionadas con el tabaquismo: combustión.
Los cigarrillos electrónicos exponen a los usuarios al monóxido de carbono, partículas finas y miles de subproductos tóxicos de la combustión que provocan enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Las bolsas de nicotina no arden, no producen humo y no exponen a los usuarios a estas toxinas cardiovasculares.
Las evaluaciones de riesgo reflejan consistentemente esta diferencia. En una escala de daño relativo, los cigarrillos tienen una puntuación 100, mientras que las bolsas de nicotina puntaje aproximadamente 0.1, representando una 99.9% menor riesgo para la salud en comparación con fumar.
Resultados en el mundo real reforzarse Ciencia. Suecia, donde los productos orales de nicotina sin humo están ampliamente disponibles y son asequibles, tiene la tasa de tabaquismo más baja de la UE, con un 5,3%. 44% mortalidad relacionada con el tabaco menor que la media de la UE, el incidencia más baja de cáncer de pulmón en Europa y tasas más bajas de enfermedades cardiovasculares en comparación con los países vecinos.
Estos resultados se lograron mediante regulación proporcional al riesgo, no prohibiciones ni impuestos punitivos.
Al no diferenciar entre productos que se queman y los que no, la Comisión corre el riesgo de socavar sus propios objetivos cardiovasculares. La imposición igualitaria de productos desiguales elimina los incentivos para que los fumadores cambien de cigarrillo, mantiene un consumo elevado de cigarrillos y aumenta la probabilidad de comercio ilícito.
Juan Rafael Taborcía, Portavoz Global de Considerate Pouchers, afirmó:
Si el objetivo es reducir las enfermedades cardíacas, la ciencia es clara. La combustión causa daño cardiovascular. Las bolsas de nicotina no producen combustión. Tratarlas como cigarrillos puede ser administrativamente conveniente, pero ignora la evidencia, los datos del mundo real y la lógica básica de la salud pública.
Considerate Pouchers insta a la Comisión Europea y a los Estados miembros a alinear la política cardiovascular con la ciencia establecida sobre reducción de daños, diferenciando claramente el tabaco combustible de los productos de nicotina sin humo y garantizando que los impuestos reflejen el riesgo relativo.
La regulación basada en el riesgo salva vidas. La regulación brusca no.